El pelo es un fiel reflejo de nuestra salud física y emocional, así que, ante el primer signo de alarma, debemos saber qué está ocurriendo y acudir a un especialista para valoración.
Las principales causas de caída capilar en mujeres son:
Caída estacional. Este tipo de caída se produce dos veces al año, en la primavera y el otoño, aunque en esta última época es más acusada y es un mecanismo de renovación natural de la melena, por lo que no debe asustarnos. La caída estacional del cabello se produce como adaptación del organismo a las variaciones del clima, la temperatura y la luz. El cabello crece más rápido durante el verano a causa del calor y las radiaciones ultravioleta. Este crecimiento se frena de forma masiva al llegar el otoño, cuando la temperatura y la intensidad de la luz disminuyen.
Covid-19. Se ha constatado que una de los efectos secundarios es una pérdida masiva de pelo, sucede entre el 25-30% de los pacientes de coronavirus, aunque luego la caída cesa y el manto capilar se regenera por sí solo. El número de pacientes con caída de pelo abundante está aumentando. En general son pacientes que van a requerir tratamiento médico para estimular el crecimiento, con lo cual podrán volver casi a la normalidad.
Cambio de dieta o pérdida de peso. Otro de los motivos por los que se te puede caer el pelo es una dieta restrictiva. Al llevar una dieta restrictiva, tu cuerpo no está recibiendo los mismos nutrientes que antes y tu cuerpo reacciona perdiendo pelo. Las dietas hipocalóricas severas, la hipovitaminosis (A, B, D, F) y el déficit de hierro, cinc y cobre se han relacionado con la caída del cabello. Los suplementos dietéticos ayudan mucho a regenerar el cabello.
Estrés. Cuando pasamos una temporada estresados el cuerpo comienza a mostrar los signos de que algo no funciona bien y uno de los primeros en manifestarse es la caída del pelo. Pero a este síntoma se le pueden añadir otros como la irritación y picazón del cuero cabelludo. Ante una situación de estrés, el organismo puede incrementar la producción de andrógenos. Sin embargo, se cree que la influencia del estrés en la caída del cabello ha sido sobreestimada.
Menopausia. Tras la menopausia, la mujer sufre un descenso de los niveles hormonales (estrógenos). A partir de los 40 años, la mujer notará que su cabello va perdiendo algunas de las cualidades físicas que tenía durante la juventud. El descenso de estos estrógenos va a provocar una descompensación respecto a la testosterona, provocando que esta predomine.
Embarazo. También después de dar a luz, se produce un descenso brusco de las hormonas, por lo que el cabello se vuelve más quebradizo, frágil, con menor grosor y sin brillo. Por lo general, durante el embarazo el cabello se encuentra en una fase de crecimiento y es habitual encontrarse con el efecto contrario; lucir una melena abundante y resplandeciente. Sin embargo, al llegar el posparto el cabello entra en una especie de \»fase de descanso\» que, sumado a la caída abrupta de los niveles de hormonas cuando finaliza el embarazo, genera el aumento de la caída del cabello. Por eso motivo muchas mujeres notan, especialmente al peinarse, que se les cae una gran cantidad de cabello.
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